Tradiciones Religiosas
FESTIVIDAD DE SANTA ROSA DE LIMA
(30 de agosto)
El Santuario existe en el lugar hace más de cien años. La historia cuenta que después de la Guerra contra la Confederación Perú- Boliviana un oficial Chileno trajo para el servicio doméstico a un "cholito" del Perú. Caminando hacia sus dominios, cerca de Nancagua, quedaron empantanados cerca del caserío llamado Pelequén. En tal situación los auxilió Doña María Terán, en cuya vivienda quedó albergado el "Cholito", pues sufría de fiebre tifoidea y no estaba en condiciones de seguir viaje. Ante los requerimientos de la dueña de casa, el peruano descubrió el tesoro que guardaba en un arcón de madera: la milagrosa imagen de Santa Rosa de Lima, su coterránea. Ante la imagen sagrada, ambos pidieron por la salud del enfermo, el cual al día siguiente amaneció totalmente recuperado. Esto sucedía en el año 1840. Rápidamente la noticia se supo entre los vecinos, que inmediatamente vinieron a conocer la imagen, a quien imploraron diversos favores. Recuperado, el peruano dejó su imagen querida, a la que le hicieron una gruta donde acudieron cientos de personas a pedir favores y a pagar mandas. Las autoridades eclesiásticas decidieron que la imagen fuera trasladada la Parroquia de Malloa. Sin embargo, según cuenta la tradición, más se demoraban en trasladar la imagen a Malloa, que en aparecer está de vuelta, lo que llevó a las autoridades de la época a establecer como lugar de veneración a Santa Rosa en Pelequén. El primer templo fue una capilla de tipo rural, que con el tiempo fue creciendo hasta configurarse en el actual Santuario, construido después del terremoto de Chillán.
Contemporáneamente al establecimiento del primer lugar de culto, se descubrió la cantera de piedra rosada típica del lugar. Además se fueron construyendo casas, trazando calles, surgiendo así el nuevo pueblo de Pelequén en torno al Santuario. El antiguo caserío quedó con el nombre de Pelequén Viejo. El 30 de agosto, día en que se celebra a Santa Rosa, más de 300 mil peregrinos llegan a Pelequén, pero el Santuario recibe visitantes durante todo el año. Durante la fiesta de Santa Rosa se realizan misas cada una hora desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Más de 30 sacerdotes atienden confesiones.
La devoción a San Judas Tadeo llegó a Malloa en el año 1887. En ese año se declaró una epidemia de cólera en la zona que afectó a toda la comunidad.
Cuando esto sucedió, el párroco se encontraba en Italia. El sacerdote claretiano, enterado de lo que sucedía, decidió volver a Chile inmediatamente, encomendando a sus feligreses bajo la protección de San Judas Tadeo. Antes de emprender el viaje se consiguió un cuadro con la imagen del Santo para llevarlo a la parroquia. El pueblo de Malloa recibió con tanta esperanza la noticia del regreso del sacerdote con el Santo, que no esperaron a que llegara a Malloa y lo fueron a buscar a Pelequén. Según cuenta la tradición, desde que San Judas Tadeo recorrió las calles del pueblo, los enfermos empezaron a sanarse de inmediato.
La comunidad celebra la fiesta de San Judas Tadeo el 28 de octubre, pero esta celebración dura un mes completo; del 29 de septiembre al 28 de octubre. El 29 de septiembre la imagen del Santo empieza a recorrer las comunidades de la parroquia, permaneciendo dos o tres días en cada una de ellas. El día 20 de octubre se traslada a la parroquia para empezar la novena.
El día 28 de octubre, día oficial de la fiesta, se celebran misas todo el día desde las 7 de la mañana y a las 5 de la tarde se sale en procesión por el pueblo portando el cuadro de San Judas. Los peregrinos tienen mucha confianza en San Judas Tadeo porque es el Santo de los casos difíciles. Comúnmente se pone bajo su mirada el trabajo y la salud. Según sus devotos, el Santo es muy cumplidor y también muy cobrador